May 17
Autorretrato I
A los cinco años hacía 4 pocitos con barro en la tierra.
AUTORRETRATO I
A los cinco años hacía 4 pocitos con barro en la tierra. Eran trampas para atrapar gatos.
Haciendo de mimo le apreté la mano a un niño molesto hasta que gritó.
Una vez vi una sombra.
Cuando me separé me fui con dos bolsos en colectivo.
Los dedos en un enchufe me presentaron a la electricidad.
Caían ciegas palomas desde la azotea.
Creí que mi hermanita era japonesa.
A los 7 un amigo más grande me hizo escuchar Bee Gees.
Fui padre a los 20.
Fui abuelo a los 40.
Soy abuelo de 3 a los 49.
Un pájaro cayó a mis pies. Lo agarré y estaba muerto. Abrí la mano y se fue
volando.
Mi papá y yo pescábamos en una piscina de Trouville en Montevideo. Tenía salida al mar y por allí entraban peces. Un lenguado enorme se escapó. Como en un sueño.
A los seis cantaba como tenor en el patio de casa.
Tuve un perro invisible que se llamaba Emo.
Le canté a mi mamá una canción de los Beatles mientras yacía por última vez en su cama.
En 1998 ella apareció para siempre.
Casi somos padres.
Una gata nos tiene. Ahora dos.
No me pude despedir de mi papá pero lo veo en mí cada día.
Estaba en el pasto y confundí un cordón de zapatos con una víbora.
Mi papá amaba a Gardel y lo escuchaba todos los domingos.
No me tiraba en las piñatas porque me ensuciaba.
Debemos romper la ecuación: Trabajo=sacrificio y proponer Trabajo=placer
Mi abuela se disfrazaba de pajarito. Gracias a ella conocí el cine y los trenes.
Dibujar en su casa sobre una tabla de planchar mientras la oscuridad de la habitación de al lado me absorbía.
Mi mamá tocaba en la guitarra “Recuerdo de la Alhambra”. No puedo volver a oír esa música sin llorar. Hace años que no la escucho.
La primera canción que me marcó es Yellow Submarine.
No le tengo respeto al dinero.
Mis Maestros son mis colegas.
Improvisaba historias de un oso frente a un montón de niños. Tenía 5 años.
A veces detesto a determinadas personas. Cuando me doy cuenta de que son seres humanos que buscan amor se me pasa.
No sé si alguien me va a recordar después de muerto. Tal vez un tiempo sí. Después todo sigue.
Amo las tormentas porque nos recuerdan que aún somos primitivos.
Nunca me operé de nada.
Nos bañamos desnudos en un mar gigante.
A veces recuerdo aromas de recuerdos. Nunca puedo mantenerlos.
Los recuerdos no se recuerdan en orden si no en un sentido aleatorio.
Aquí podés leer AUTORRETRATO II